El sistema inmunológico constituye un pilar fundamental para el mantenimiento de la homeostasis corporal al defendernos de las agresiones externas y evitar el desarrollo de enfermedades autoinmunes. En las últimas décadas la inmunología clínica ha tenido un enorme desarrollo, gracias al avance de nuevas técnicas de laboratorio que permiten un estudio detallado del sistema inmune.
La alergia es una respuesta exagerada de nuestro sistema inmunitario frente a sustancias normalmente inofensivas de nuestro entorno (ácaros, pólenes, hongos, epitelios de animales, veneno de avispas y abejas, alimentos o látex) y que se manifiesta con síntomas en la piel, en el aparato respiratorio, digestivo o cardiovascular.
APLICACIÓN DE VACUNAS ESPECÍFICAS DE ALERGIA (SUBCUTANEA Y SUBLINGUAL)
La inmunoterapia, o vacunas contra la alergia, reestablece el equilibrio del sistema inmunitario de forma que se desarrolla una tolerancia a lo que el paciente es alérgico, siendo el único tratamiento capaz de modificar el curso natural de la enfermedad alérgica. Consiste en administrar dosis repetidas de un extracto que contiene la sustancia alergénica (o varias) causantes de nuestros síntomas alérgicos durante varios años (normalmente entre 3 y 5) para conseguir el máximo efecto protector posible. Además de este tratamiento, puede ser necesario tomar algunos fármacos y complementar con medidas que hagan que disminuyan los niveles de alérgenos en el ambiente.